ilegible es el nombre que lleva la selección que ha realizado ginés martínez en marcablanca y a cuento del cual ha redactado esta maravilla de texto:
«el de marcablanca es un archivo excéntrico donde conviven manuales prácticos de electrónica, cartillas escolares árabes, mapas del metro de berlín, catálogos tipográficos, recortables, guías legales para los vecinos del df… y también es un lugar exuberante donde puedes encontrar libros en los rincones más inverosímiles.
el archivo ha crecido espontáneamente en un terreno baldío
como otros proyectos de la cultura silvestre citadina. estas iniciativas
despiertan por igual la curiosidad de artistas, gestores culturales y agentes
inmobiliarios, siendo muy instructivo observar qué postura adopta cada uno de
ellos al respecto.
es difícil dejar de lado el contexto pues, de alguna manera, esta coyuntura determina la naturaleza de los materiales que contiene archivo y es muy probable que incluso condicione el modo en el que nos acercamos a ellos. teniendo todo esto en cuenta y siguiendo la vía abierta por otros trabajos reveladores respecto a las posibles formas de leer un archivo (biblioteca de papel carbón y el calor derrite los estilos de gilda mantilla y raimond chaves o las distintas encarnaciones de los papeles del siglo de enric farrés duran) la propuesta de la oficina de investigaciones lentas es abordar el archivo desde la posición del analfabeto, del extranjero o del enfermo que se afana en descifrar los extraños códigos de signos impresos en los papeles. por este motivo, en el criterio de selección intervienen casi exclusivamente aspectos formales, gráficos o anecdóticos.
los libros son el principal recurso a nuestro alcance para despejar la opacidad del mundo. manipularlos, decodificarlos equivale a hacer una lectura de todo cuanto nos rodea y la negligencia del lector puede convertir al mundo en un lugar ilegible lleno de sombras.
durante mucho tiempo se consideró a los dibujos como la escritura para los analfabetos. aún hoy, en las escuelas, se continua enseñando a leer y a escribir con manuales que son un compendio de signos a medio camino entre las palabras y los dibujos. entrar en este archivo a través de los dibujos es una oportunidad para rastrear un territorio inagotable que nos muestra su proceso de transformación, supone aceptar la invitación que ulises carrión formuló en su díptico en 1973: “querido lector, no lea”».
descárgate los fanzines que recogen algunos de estos signos ilegibles en los siguientes enlaces: