es un colectivo originario del
continente accidental, que vive y trabaja no importa donde. trabajan con la
comunicación y con la falta de ella a través de performances, esculturas,
workshops y textos. han mostrado su trabajo en méxico, francia, españa y
alemania.
vvv está formado por willie gurner* y víctor del oral**
*willie gurner (boston) es un artista visual que trabaja con cerámica, memoria y literatura doméstica.
*víctor del oral (méxico)es un artista textual que trabaja con lectoesculturas, performance y poesía.
de objetos
perdidos a libres encontrados
el accidente es un diente con pelos en
una camisa desconocida. un libro al que no sabías que ibas a llegar.
los destinos aerolíneares pierden la
línea, lo aéreo y lo elegante; y se vuelven parabólicos, paradójicos, y
paranormales cuando en un acto involuntario dejas tirada tu identidad
papeletaria, y tu vuelo de conexión por 2 horas se convierten en uno de 192.
así, como tiro parabólico glitcheado, conociendo la
velocidad de salida, el ángulo de inclinación inicial y la diferencia de
alturas (entre salida y llegada) no se conoce toda la trayectoria. los ángulos
de salida y llegada no son iguales, la mayor distancia cubierta o alcance se
logra con ángulos agudos, bien puntiagudos, punzocortantes. para lograr la
mayor distancia fijado el ángulo el factor menos importante es la velocidad. se
puede analizar el movimiento en vertical independientemente del horizontal,
ninguno importa, lo que buscamos es la diagonal. la diagonal se mantiene
constante.
y después del berreo llegamos a una
guarida. una cueva de extrañezas encuadernadas. una cobija de leopardo. una
torre insignia, tipos, prints y mezcal. ese local de la calle peñuelas tenía
todos los pañuelos para llorar despacito literatura comparada. no la arrogante
universitaria, sino la de aquí y la de allá.
fuimos de los objetos perdidos del
aeropuerto a los libros encontrados. así llegamos a marca blanca, a través de
una vitrina intervenida por la artista maría cerdá, que de cerda no tiene nada.
una vitrina que fue cápsula de tiempo y suspendió lo planeado para llegar a un
lugar ya conocido en las bodegas de lo oculto. entre telarañas mentales, loops
mexa-literales y paréntesis corchetianos pernoctamos en el antro de los libros
sin margen, raros, de orientaciones otras, de preferencias alternas, del álbum
de fotos pastich, de los lomos rotos y las imágenes caídas, de los libros-himno
sin bandera, del terracota aterciopelado del verbo, de las colecciones
errantes; ahí escuchamos a blanca sin dientes cantar en voz alta a preciado
como uno de los regalos más preciados de nuestra contingencia, y cuasi ya
eterno stop en la caverna de las letras exiliadas y resistentes. encontramos el
mini-templo contempo, el estudio espejo, el nido refugio. fuimos de nuestro
continente accidental a este occidental para que nos leyeran el tarot en
tiempos de covid, para intercambiar palabrotas y bratas y para saber que
blanca, marca.