el poemario de seli ka, una lancha motora, fue escrito en estado de fuga: del trabajo, de la casa, de la gente, de una misma. huir hacia delante y hacia abajo porque este mundo no basta. hay que ir hacia otro.
existen palabras que fragmentan nuestra experiencia y nos enseñan a creer en narrativas que ofrecen un sentido de orden y control: palabras que nos encierran. pero hay también momentos de claridad, de misterio, de belleza y de comunión entre todas las cosas. el encantamiento de lo simple frente al engaño. palabras para dejarlo todo, coger una lancha, darse al mar y dedicarse a lo que realmente importa.
A una flor no se le grita. A una flor no se le pide que nazca. Se puede llorar sobre una flor rogar compasión a una flor pero siempre por debajo de la flor. Uno se rinde a una flor aunque la arranque para quitarle los pétalos aunque la pise o la ahogue tumbándose encima de ella y toda su familia. A una flor no se le gasta una broma porque no la entiende. A una flor no se le pide amor porque no lo tiene porque no lo tiene nadie como tampoco el aire tiene a la lluvia aunque la lluvia lo atraviese para llover. Nadie le pide favores a una flor nadie intercambia nada con una flor nadie fabrica intereses con una flor. La flor está. La flor está quieta con sus cosas de flor su esencia de flor siempre más pequeña que tú y más contundente. Es estoica la flor y no se puede sacar beneficio de una flor aunque compres la flor y vendas la flor y la lleves a los hospitales o a los cementerios o a los cumpleaños. No puedes comprar una flor aunque reproduzcas la flor y te hagas un florero o un campo. A una flor no se le pone rostro ni genio. Una flor no gime ni mata. No tiene bebés una flor no le crece la tripa a una flor ni se deprime una flor. A una flor no se le pide que cante y sigue viva la flor aunque no pueda cantar. No sabe que no puede cantar una flor solo tiene colores y formas y olor. Una flor no piensa una flor no se lía una flor no supera sus miedos. No tiene fantasmas una flor ni dilemas morales ni contradicciones o deseos impíos. No tiene vergüenza la flor ni memoria así que no escribe su autobiografía una flor ni da consejos de flor una flor.
No da nada una flor porque no tiene nada una flor. Tan fácil una flor. No sé qué hay más cierto que una flor, más salvable que una flor.
el próximo sábado 31 seli y guillermo carazo mantendrán una conversación en torno al libro y haremos una lectura colectiva en voz alta. será a las 20:00 h en marcablanca.