hace unas semanas recibí un mensaje de paula garcía beltrá, una estudiante de periodismo que solicitaba entrevistarme sobre temas de autoedición y autopublicación para su trabajo de fin de grado. puedes leer la entrevista aquí:

¿Como llegaste expresamente a ser editora?

Yo no hacía fanzines en el instituto, estudiaba, además de lengua y literatura, filosofía, latín, griego, inglés y francés. Imagino que pasar tantas horas con un diccionario en la mano, escogiendo una u otra palabra tuvo algo que ver.

Pero supongo que, pese a haber realizado durante muchos años trabajos de transcripción, redacción, corrección y traducción, hasta que no recibí una acreditación no me convertí expresamenteen editora. A este respecto es interesante comprobar que no existen estudios oficiales al margen de cursos en academias privadas (como Cálamo & Cran) o programas de formación de posgrado que certifican con títulos propios de la universidad (comoel Máster en Edición de la Universidad de Salamanca y Santillana).

¿Qué diferencia hay entre una editorial tradicional y un sello editorial?

Ambas son maneras de llamar a la misma cosa: casa editora, editorial o sello se refiere a la empresa que saca a la luz, hace público, publica determinado producto cultural (un texto, un objeto sonoro, visual) en cualquier tipo de formato (físico o digital) avalando su relevancia y apostando capital para lograr su distribución y circulación (sea o no comercial).

¿En qué se basa tu sello editorial (ya que no es estrictamente comercial)?

Me gusta referirme a marcablanca como a un espacio editorial independiente que aloja una biblioteca abierta y un taller de experimentación editorial. El sello editorial es un modo de recoger todo lo que se produce (ya sea textil, sonoro o visual) en este espacio que, por varias razones, es en primer lugar un taller de experimentación en el que conviven distintas prácticas de creación contemporánea con diversas técnicas de impresión como los tipos móviles, los sellos o el mimeógrafo, la impresión láser, risograph o la serigrafía.

¿Qué tipo de actividades haces en tu espacio editorial independiente de reflexión o biblioteca?

marcablanca cuenta con varias convocatorias abiertas #vitrina (préstamo del escaparate a artistas), #del1al100 (selecciones bibliográficas del fondo de la biblioteca) y #tucasaesmicasa (programa de residencias internacionales); además programa actividades (performances, conciertos, lecturas, presentaciones de editoriales/libros/autores, clases magistrales, visitas de estudio, exposiciones); es literalmente un espacio abierto que recibe propuestas que pueden ser incorporadas a su programación com el curso de origami que impartió Oliver, vecino de 8 años, a 20 niños y niñas de su edad.

¿Qué explicas o enseñas como profesora de edición?

Entiendo la edición como un saber práctico que da un sentido simbólico a través de la ordenación, alteración, colocación, supresión, repetición sistemática de un conjunto de cosas. Sentarse en primera o última fila en clase, abusar de los puntos suspensivos, ser laísta, soltar latinajos, decir tacos, caminar por la sombrita o dejar las cosas a medias implica en cierto modo cierta edición.

En clase, sin embargo, me restrinjo a impartir los contenidos que suelen incluir, entre otros temas, tratamiento de textos y corrección (ortotipográfica y de estilo); maquetación y diseño; impresión y artes gráficas (modos de producción tradicionales); gestión y contratación de derechos; comercialización y distribución; edición digital vs edición independiente; autopublicación y libros de artista.

¿Qué requisitos consideras que debe cumplir una edición para ser correcta?

Supongo que una buena edición, más que una edición correcta, será aquella que respete y potencie los rasgos definitorios del texto, su naturaleza, sin aplicar criterios externos que lo conviertan en otras cosa; es importante no caer en la ultracorrección de un texto, llegar a reescribir según un determinado estilo, ajeno a sus propias necesidades y querencias.

Además, la calidad de la edición vendrá determinada por la calidad del trabajo de edición del texto anterior a su publicación y por la labor de cada uno de los implicados en la cadena de producción (traductores, maquetadores, impresores), distribución y comercialización (libreros, bibliotecarios, periodistas, profesores). 

En términos formales, diría que una correcta edición se caracteriza por distintos rasgos como ser un texto que emane la relación interna que posee entre sus partes; no contener erratas y mantener unificación respecto de los criterios de corrección; usar una tipografía y un diseño editorial cómodo y legible; ser un objeto manejable, almacenable y perdurable en el tiempo; tener un precio ajustado entre su coste de producción y el poder adquisitivo de sus destinatarios o lograr una comercialización, circulación y difusión del trabajo.

¿Qué es para ti la autoedición?

La autoedición es una manera de poder hacer pública una obra de manera autónoma e independiente, cuando por otros medios no es posible (libertad de expresión, por ejemplo).

¿Qué piensas de la autoedición que venden como producto ciertas editoriales? Puesto que es un servicio que hace un tercero y no uno mismo sobre su proyecto ¿Debería llamarse así realmente? 

Más que producto entiendo que se trata de un servicio que emerge simultáneamente a la reconversión de una industria en quiebra, es decir, y una estratagema del mercado ante los cambios que implica la transformación tecnológica. Creo que el quid está en que quien decide publicar la obra ya no es un editor, sino el autor de la misma quien lejos de hacerlo por su cuenta contrata los servicios de una empresa; el “editor” (publisher en inglés) pasa entonces a ser un mero prestador de servicios editoriales, ya sean estos maquetación, corrección, impresión o distribución.

¿Cualquier persona puede escribir una obra, editar su contenido y publicarlo? 

Supongo que la respuesta a tu pregunta apunta a la democratización de los medios, pero no es la tecnología lo que ha modificado lo que solíamos llamar obras y autores, sino el paradigma cultural que es capaz de generar legislación acerca de prácticas cada vez más masivas, como las licencias Creative Commons o CopyLeft frente a la hasta ahora única del Copyrigh; actualmente todos escribimos, editamos y publicamos contenido constantemente en nuestras redes sociales, otra cosa es que seamos conscientes y nos consideremos escritores, editores y obras a nuestras cuentas. Tal ve la pregunta sea: ¿Qué significa realmente publicar hoy en día?

¿Crees en la auto publicación?

No sabría responder a tu pregunta. Creo que puede tener sentido en algunos casos, pero que no siempre está justificada. ¿Funciona?Por lo visto hay un volumen enorme que plataformas digitales (e-commerce) que facturan cada vez más al margen de los circuitos de comercialización tradicionales como las librerías, que están en plena quiebra. ¿Por qué? Me temo que se trata de la postura política de consumidores y productores, para quienes no es determinante cómo sus prácticas muchas veces subversivas favorecen la proliferación de plataformas que eluden las obligaciones fiscales y legales como Instagram/Facebook. Imprimir en China no implica sólo un ahorro en costes de producción.

¿Qué temas tratas en las ferias de publicaciones?

Suelo acudir a ferias en calidad de visitante y compradora, pero he participado como organizadora (PaperWorks, Feria del Libro de Arte), tallerista (métodos tradicionales de impresión en el 8. encuentro Inclasificables de Salamanca, o de fomento de la lectura en la Feria Internacional de Literatura Infantil y Juvenil), impartiendo conferencias (libro de artista, en la Feria del Libro de Juárez, o edición digital, en XV Feria Internacional del Libro del Zócalo de México).
En la última edición de inclasificables en la Biblioteca de las conchas de Salamanca presenté la primera publicación de marcablanca. Las ferias y, sobre todo, los encuentros son lugares en los que conocer trabajos de otros y compartir los propios. No todo es vender.

¿Has publicado algo de alguien bajo tu sello editorial? 

Todas las publicaciones de marcablanca son colaboraciones con artistas como «Aviones de latón» de Ricardo Pohlenz, «Coordenadas» de Ana Rodriguez o «Recuerdos de Salamanca» de Bonifacio Barrio Hijosa.


¿Qué crees que se podría cambiar en el mundo editorial para dar facilidades a las personas a la hora de publicar sus obras?


Creo que se trata de un ecosistema que va más allá de libros y lectores; la pregunta debería se de ser reformulada para evitar la disyuntiva estéril de a y b, ¿acaso somos las personas las que deberíamos dar más facilidades al mundo editorial?